La selección natural es una teoría propuesta por el científico británico Charles Darwin en el siglo XIX, y es uno de los pilares fundamentales para entender la evolución de las especies. Según Darwin, todos los seres vivos tienen una capacidad natural para adaptarse a su entorno, y aquellos individuos cuyas características los hacen más aptos para sobrevivir y reproducirse son los que transmiten esas cualidades a su descendencia. Con el paso del tiempo, esta "selección" de los mejor adaptados lleva a cambios en las poblaciones, lo que da lugar a la evolución de las especies.
Uno de los ejemplos más conocidos para explicar la selección natural es el de los pinzones de las Islas Galápagos, que Darwin estudió durante su viaje en el Beagle. En estas islas, diferentes especies de pinzones tienen picos de formas y tamaños distintos, adaptados a los alimentos disponibles en su entorno. Algunos tienen picos fuertes y gruesos para romper semillas duras, mientras que otros tienen picos finos y largos para atrapar insectos. Estos cambios no ocurrieron de la noche a la mañana, sino que, con el tiempo, los pinzones que tenían el tipo de pico más adecuado para conseguir alimento en su isla sobrevivieron más y dejaron más crías. Así, la característica del pico se fue heredando y perfeccionando a lo largo de las generaciones.
Otro ejemplo es el de las mariposas de abedul en Inglaterra, durante la Revolución Industrial. Antes de la industrialización, la mayoría de estas mariposas eran de color claro, lo que les permitía camuflarse en los troncos claros de los árboles y así evitar a los depredadores. Sin embargo, con la contaminación, los árboles se oscurecieron por el hollín, y las mariposas oscuras, que antes eran raras, comenzaron a sobrevivir más porque ahora ellas se camuflaban mejor. Con el tiempo, la población de mariposas oscuras creció, mientras que la de las claras disminuyó. Esto muestra cómo el entorno influye directamente en qué características son favorables y cuáles no.
En conclusión, la selección natural es un proceso lento pero constante que moldea la vida en la Tierra. No se trata de fuerza o inteligencia, sino de adaptabilidad. Los organismos que mejor se ajustan a su ambiente tienen más posibilidades de dejar descendencia, y es así como, poco a poco, las especies cambian y evolucionan. Charles Darwin cambió para siempre la forma en que entendemos la vida, y su teoría sigue siendo base esencial de la biología moderna.